Es uno de los barrios más pintorescos de la ciudad de Buenos Aires, que se ha constituido en una de sus postales representativas que nos identifican en el mundo entero por sus típicos conventillos multicolores, el Riachuelo y sus barcos, el Club Boca Junios, la calle Caminito y sus artistas.
Se fue desarrollando a orillas del Riachuelo, en el primer puerto de Buenos Aires, gracias el aluvión inmigratorio del siglo XIX que bajaba de los barcos con muchos sueños de un futuro mejor y lo mínimo indispensable para vivir. Fue allí donde se instalaron fundamentalmente los italianos, polacos, franceses, yugoslavos, rusos, y españoles que fueron arribando a estas tierras. Debido a sus escasos recursos, fueron hacinados en los famosos “conventillos”, construcciones de chapas con una gran cantidad de pequeñas habitaciones, donde se “acomodaba” cada familia, con una cocina y un baño compartido por todos los inquilinos que la habitaban. Siempre había un patio y balcones irregulares que fueron el ámbito donde se mezclaban y enriquecían sus culturas en una interrelación que dio origen a una pintoresca versatilidad de personajes que son rescatados por todo el arte popular que relata la historia del barrio y sus características. El bombero, la prostituta, el “cafishio”, el enano, el equilibrista, y el borracho entre algunos otros. De todos los inmigrantes fueron los genoveses la comunidad con mayor cantidad de integrantes que fueron marcando al barrio con sus costumbres: las pastas del domingo, el modo apasionado de discutir, la pasión futbolera, las canzonettas, y su eterna nostalgia.
En algún momento el barrio de la Boca tenía por nombre “Puerto de los Tachos” ya que en los márgenes de sus riberas, existían una gran cantidad de astilleros, saladeros y grandes almacenes.
Se caracteriza por sus veredas elevadas, ya que la zona fue siempre muy castigada por las constantes inundaciones en la que los bomberos tuvieron un protagonismo fundamental de asistencia social.
Ya en el siglo XX el pintor Quinquela Martín le dio color al barrio pintando sus construcciones de chapas con la más amplia variedad de colores imaginable. Cuenta la historia que la razón de esta paleta se debe a que el pintor hizo uso de los restos de pintura que quedaban en los barcos.
Fue tal la personalidad que fue adquiriendo por el sentimiento boquense de pertenencia y su perfil de rebeldía social que en algún momento se auto-proclamó “República de la Boca”.
La creación del Club Boca Juniors, la pasión futbolera de “la mitad mas uno del país” y su famoso estadio “La bombonera”, le fue sumando color y pertenencia a un barrio donde ser de Boca es un orgullo para cada cual.
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